martes, 29 de mayo de 2012

COCODRILOS

Los cocodrilos son reptiles de gran tamaño, de cabeza ancha, aplanada y de forma triangular, con fuertes mandíbulas, que poseen dientes muy agudos que se abren con los maxilares; las aberturas de los oídos se encuentran a ambos lados de la cabeza y los orificios nasales y los ojos son prominencias que sobresalen de la misma.

El dorso de su cuerpo está cubierto de placas óseas y en la región abdominal y lateral tienen escamas. Tienen cuatro miembros locomotores. La cola es gruesa en la base y comprimida en el punto más distante de la cabeza, es el órgano más importante para la propulsión ya que mientras nada, los miembros anteriores y posteriores permanecen pegados al cuerpo.

Estas veintiuna especies vivientes se pueden localizar en las zonas tropicales y subtropicales de Australia, Nueva Zelandia, Tailandia, Nueva Guinea, China, India, África y América.
En América hay cuatro especies de cocodrilos.
El cocodrilo cubano, que vive sólo en Cuba y en la isla de la Juventud, tiene el hocico comparativamente corto y alcanza unos 3,5 m de longitud; el cocodrilo pardo o lagarto negro, de tamaño inferior al del cocodrilo cubano (mide 2,5 m), vive a lo largo de la llanura costera del golfo de México, en la península de Yucatán, al sur de México, en Belice y en el norte de Guatemala. El cocodrilo del Orinoco, vive en la cuenca de captación del sistema fluvial del río Orinoco y alcanza los 7,5 m de longitud.
El cocodrilo amarillo, uno de los más grandes de América, alcanza longitudes de unos siete metros y tiene una amplia distribución, desde Florida hasta Cuba y otras islas del Caribe, el sur de México, América central y el norte de Suramérica.
Los cocodrilos pertenecen a un grupo muy antiguo, con más de doscientos millones de años, con cientos de formas fósiles, que tuvieron adaptaciones en el transcurso de su historia. Los cocodrilos son animales muy adecuados a los hábitats acuáticos y salobres de las áreas tropicales.



Características biológicas

Desde el punto de vista ecológico, se consideran especies clave que mantienen la estructura y función del ecosistema por las actividades que realizan, tales como la depredación selectiva de especies de peces, reciclamiento de nutrientes y mantenimiento de refugios con agua durante las sequías.
Todos los cocodrilos son depredadores acuáticos muy efectivos. Aún cuando están considerados dentro de los reptiles, los cocodrilos pueden mantener la temperatura de sus cuerpos dentro de límites estrechos, por medio de comportamiento, asoleándose cuando están fríos o buscando la sombra cuando están calientes. Usan la boca como radiador al dejarla abierta mientras duermen.
Su metabolismo es muy eficiente y tienen reflejos rápidos y una alta habilidad locomotora en tierra, la que les permite, inclusive, correr erectos sobre sus dos extremidades posteriores, o bien, nadar rápidamente en el agua impulsados por su poderosa cola.
Los cocodrilos presentan patrones de comportamiento complejos, con interacciones sociales, jerarquías de dominancia, vocalizaciones, alimentación coordinada y cuidado maternal.
Tienen buena vista y buen oído y cuentan con la particularidad de que sus dientes son sustituidos por nuevas piezas dentales cuando se les caen las anteriores.
Los cocodrilos son muy longevos en condiciones naturales y hay registros de la supervivencia por varias décadas de algunos de ellos. Bucean con muy buena visión debido a su segundo párpado transparente, los juveniles realizan un control natural de plagas de insectos o babosas al alimentarse de ellos.



Reproducción

La reproducción de los cocodrilos es por huevos. Hacen un nido, una pequeña montaña de hojas secas y tierra, cerca del agua donde la hembra desova. Un detalle de suma importancia: por lo general la madre es muy celosa del nido y de los pequeñuelos recién nacidos.
Las hembras pueden poner de 10 a 40 huevos con cascarón duro en un nido excavado en el suelo o en un montón de vegetación acumulado por ella misma. En la mayoría de las especies, ésta permanece cerca del nido para protegerlo contra depredadores.
Al nacimiento, las crías producen una vocalización que induce a la hembra a ayudarlas a salir del nido, inclusive acarreándolas en su boca para depositarlas en el agua.
Las crías permanecen cerca de la madre por varios meses y obtienen protección por su proximidad. Al ir creciendo, las crías se van dispersando y son cada vez más independientes; no obstante, un gran número de ellas muere por la depredación de otros animales e inclusive de otros cocodrilos, o bien por efecto del ambiente, como las bajas temperaturas.
Las crías sobrevivientes alcanzan la madurez en un periodo de entre cinco y quince años, dependiendo de la especie. En promedio y en la mayoría de las especies, las hembras alcanzan la madurez sexual a los ocho años de edad.
En general, las hembras crecen más lentamente que los machos, los que a su vez llegan a ser más grandes que las primeras.

Hábitat y hábitos

En el agua los cocodrilos se impulsan con la cola, que además les sirve como timón, y también con sus patas posteriores palmeadas; en tierra se arrastran lentamente o caminan o corren elevando el cuerpo sobre el terreno con sus cuatro extremidades, de cinco dedos las anteriores y cuatro las posteriores.
Desde el nacimiento y hasta que alcanzan una talla aproximada de un metro de longitud, consumen insectos, crustáceos, moluscos, anfibios y peces pequeños. Por su parte, los juveniles y pre-adultos, prefieren animales de mayor tamaño como son peces, pollos de aves, culebras, basiliscos, ranas y pequeños mamíferos.
Cuando alcanzan la edad adulta, se alimentan de distintas clases de animales sin importar el tamaño. Se estima que un ejemplar consume, dependiendo de la edad del cinco al veinte por ciento de su peso corporal de alimento por semana.
Para comer los cocodrilos aprisionan a su presa, que pueden tragar completa si es del tamaño adecuado para este efecto. Si por el contrario se trata de una presa grande, le dan vueltas hasta que la desgarran, y luego engullen los trozos completos, ya que no tienen la habilidad de masticar.
Estos reptiles tienen mala fama en cuanto a los ataques a humanos y realmente existen algunos reportes accidentales en ese sentido, también pueden llegar a atacar cerdos, becerros y hasta perros, sobre todo cuando estos animales se acercan a beber en las márgenes de los ríos o manglares.
Sin embargo, éstas son sólo excepciones, ya que en realidad, cuando son pequeños su dieta carnívora incluye: larvas, insectos, crustáceos y en la fase adulta se alimentan generalmente de peces, crustáceos, aves y mamíferos silvestres de considerable tamaño.
También se sabe que tragan pequeñas piedras o guijarros, llamados gastrolitos, de los que se cree que les sirven para ayudarse en la trituración y digestión de los alimentos, de los cuales no dejan ningún rastro en el excremento como los otros carnívoros.





Extinción

Debido a su aspecto terrorífico, de gran devorador, el cocodrilo ha sido el antagonista ideal de muchos héroes de películas y esa imagen distorsionada –en un filme de terror estadounidense un cocodrilo macho devora en una sola noche a seis seres humanos– crea en muchas personas sentimientos de temor o repulsión hacia estas criaturas. La verdad, sin embargo, es muy distinta.
Más que amenaza, el cocodrilo es otra de las numerosas especies amenazadas por la extinción. El hombre lo persigue motivado por el amplio mercado de productos obtenidos de su piel. En la década de los sesenta, cuando la cotización de estos artículos alcanzó niveles estratosféricos, se produjo una matanza sin igual en América, quizá sólo comparable con el exterminio masivo del bisonte en las praderas estadounidenses, la cual llevó a profetizar a los zoólogos: "En pocos años, los grandes reptiles acorazados, que desde hace 175 millones de años existen en la Tierra, se extinguirán como antaño ocurrió con los dinosaurios".
Su piel gruesa y durable tiene gran demanda en la industria peletera, que la emplea para la elaboración de zapatos, bolsas, cinturones, portafolios, billeteras y otros accesorios. Su carne es considerada muy sabrosa en algunos lugares y la industria de la perfumería utiliza sus dientes para fijar aromas. Además, hay gran demanda de crías de cocodrilo y caimanes para el comercio de mascotas exóticas. Por increíble que parezca, la demanda en este mercado alcanza niveles muy elevados.



viernes, 11 de mayo de 2012

Suricata

Este animal alcanzó la popularidad con el personaje de Timón, en la película de " El Rey León".

Se localiza en el África austral: sur de Angola, desiertos de Namibia y del Kalahari, Sudáfrica y sur de Botswana.

Es un animal de tamaño medio, 25 a 35 cm de longitud más 17 a 25 cm de cola, el suricata presenta un carácter sociable, afectuoso, tímido, nervioso, inquieto, inteligente y tremendamente curioso, que le llevan a vivir en grupos de por lo menos una veintena de individuos, pudiendo superar los cuarenta, que se desplazan juntos en busca de alimento y se refugian en grandes madrigueras comunes. Los grupos pequeños están constituidos por entidades familiares, que comprenden el macho, la hembra y, generalmente, un buen número de crías de distintas edades, mientras que las manadas más numerosas las integran varias familias, unidas a menudo por vínculos de parentesco.


Habitan en zonas áridas, frecuentando parajes secos, abiertos y con escasa vegetación; allí, excavan profundas madrigueras cuyo fondo ensanchan para hacer una habitación de descanso, que después tapizan con heno seco. La madriguera puede llegar hasta tres metros de profundidad y un diámetro de 10 a 15 cm.
Gregario y muy amigo del sol, pasa la noche dentro de su profunda madriguera pero en cuanto aparecen los primeros rayos de sol se aventura a salir de su guarida, eso sí, sin alejarse demasiado.
En cautividad pueden vivir más de 15 años.

Los suricatas son animales alegres y curiosos que gustan de vivir en grupos más o menos numerosos; Esto hace que si se desea mantener una pequeña población de estos simpáticos animales haya que adquirirlos todos a la vez, ya que una vez hecho el grupo cualquier intruso que se intente añadir a él, será atacado por todos los miembros, a menudo hasta provocarle la muerte.

El suricata debe mantenerse en un recinto exterior cuya base y laterales sean de cemento, y que tenga una altura suficiente (1,5 m) como para impedir su huida. Es conveniente rellenar el suelo con una capa de unos 100-150 cm de tierra para que ellos mismos construyan sus madrigueras.
La decoración consiste en troncos y rocas donde puedan subirse y ejercitar su constante actividad de vigilancia. Es inútil poner vegetación a no ser que sea debidamente protegida de la acción de estos inquietos animales.

La base de su alimentación son los invertebrados tales como arañas, escorpiones, saltamontes, gusanos, orugas, miriápodos, caracoles, … aunque de vez en cuando capturan pajarillos, roedores y pequeños reptiles. También es aficionada a las semillas. En cautividad aceptan gustosos gran cantidad de alimentos diferentes: ratones, pollitos, gusanos de la harina (Tenebrio molitor), Zophobas (Zophobas morio), langostas, grillos, carne de ternera, de pollo, de conejo, semillas de sandía, de calabaza, etcétera.

La suricata posee un único ciclo reproductor anual, que además es muy breve. El período reproductor empieza en primavera, durante la época más calurosa y húmeda, y la hembra pare de 2 a 5 crías (hasta 7 en cautividad), en verano, tras un período de gestación de 73 días.
Los pequeños nacen con un peso de 25 a 36 gramos y tienen los ojos cerrados hasta los 10-14 días de edad. Al año adquieren la madurez sexual.


Puesto que no se aleja demasiado de su madriguera, los recursos alimenticios de su sector disminuyen rápidamente, por lo que las colonias de suricatas se ven forzadas periódicamente a buscar nuevos territorios donde establecerse.

A menudo se la observa alzada de puntillas, en posición erecta y apoyada en su recia cola extendida, desarrollando una labor de vigilancia de los alrededores. Esta verticalidad le permite poder otear más fácilmente su entorno.
Si un enemigo se acerca huye veloz no sin antes emitir un pequeño grito, suficiente para hacer desaparecer a toda la colonia dentro de sus agujeros. Gracias a su privilegiada vista es capaz de avistar una rapaz, su más encarnizado depredador, antes que un hombre pueda distinguir a duras penas un diminuto punto en el cielo.



martes, 7 de diciembre de 2010

El patinaje sobre hielo

Los orígenes del patinaje se remontan a los tiempos en que el hombre ataba a sus pies huesos de animales para deslizarse con ellos sobre el hielo y poder cruzar los lagos y arroyos congelados durante los meses de invierno. Con el tiempo este método de transporte se convirtió en una diversión popular, para todas las clases sociales.En una búsqueda de elegancia y belleza, los patinadores comenzaron a sincronizar sus pasos, saltos y otros movimientos garbosos con música.
La primera pista de hielo artificial se creo en Vancouver en el año 1912.En 1921 se creó el USFSA (United Status Figure Skating Association) con el objetivo de difundir el patinaje y promover su crecimiento en toda la Nación. Para ese entonces se discutía si el patinaje debía ser considerado como una disciplina deportiva o como un baile, a pesar de que el patinaje sobre hielo fue considerado deporte olímpico en 1908. Finalmente en 1924 fue incluido en los juegos olímpicos de invierno celebrados en Francia.Una de las figuras más destacadas fue la patinadora noruega Sonja Henie quien ganó 10 campeonatos mundiales (de 1927 a 1936) y 3 medallas olímpicas (1928, 1932 y 1936).


 La mayoría de los ejercicios que hoy conocemos reciben el nombre de los patinadores que los introdujeron en las competiciones.A lo largo del tiempo, el patinaje fue evolucionando, por ejemplo con la aparición de coreógrafos que se encargan de seleccionar los temas y hacer que los movimientos sean más sincronizados y armoniosos con la música. Hoy en día es un deporte mucho más competitivo.

martes, 16 de noviembre de 2010

Juanelo Turriano

Juanelo Turriano nació a principios del siglo XVI en la ciudad lombarda de Cremona, y su nombre auténtico era Giovanni Torriani. Sus habilidades como relojero y mecánico interesaron a Carlos I, que lo trajo a España para que le pusiera en funcionamiento una gran colección de relojes astronómicos con los que distrajo sus últimos días en el monasterio de Yuste. Allí construyó el conocido “cristalino” que le hizo famoso en su época. Posteriormente, al fallecer el Emperador, pasó al servicio de Felipe II.
Durante el tiempo que Juanelo pasó en Toledo, ideó a su manera una forma de abastecer de agua a la ciudad, especialmente a los palacios que el emperador tenía en la zona del actual Alcázar. Ciertamente que antes ya se habían ideado formas de traer esta agua, al “modo romano” con un impresionante acueducto sobre el Tajo por la zona más compleja, o bien con los tradicionales “azacanes”, o con pozos poco saludables y contaminados por el exceso de aguas residuales.
Previo a la construcción del famoso “artificio”, ciertos ingenieros alemanes construyen un “edificio del agua” para ascender el preciado elemento por medios mecánicos. Pero las tuberías reventaban con la presión del agua… Poco tiempo después, otros técnicos flamencos intentan de nuevo buscar una solución a la llevada del agua hasta el interior de la muralla toledana, pero fallaron tras 865 días de trabajos.
Juanelo, tras observar estos intentos, y ya con 65 años presenta al rey y a la ciudad un ambicioso proyecto para subir esta agua hasta el alcázar. En 1565 se firma el contrato de adjudicación entre el rey, la ciudad y Juanelo, en el que se detalla que las obras correrán por cuenta de éste último, pero que si funciona de acuerdo con lo proyectado, se le pagarán 8000 ducados, tras 15 días de la llegada del agua al Alcázar y otros 1900 ducados de renta perpetua cada año, corriendo a sus costas el mantenimiento del artilugio.


El 23 de febrero de 1569 Juanelo entrega su “artificio” en pleno rendimiento incluso superando en un 50% lo proyectado. Pero tras la finalización de la obra y la llegada de agua al Alcázar, la ciudad decidió no pagar un solo ducado alegando que a ellos no les llegaba ni gota de agua, ya que toda quedaba en el Alcázar. La solución al conflicto consistió en la construcción de un segundo artificio, para abastecer a toda la ciudad, tras seis años de pleitos. En 1581 este segundo artificio, adosado al segundo estaba funcionado, y los costes de edificación corrieron al cargo del Rey.